«Querido oyente, me gustaría saber ¿Cómo están preparando la Navidad? Qué momento ese cuando hay que unir mesas porque la de todos los días se nos ha quedado pequeña o qué momento ese de pánico cuando creías que lo tenías todo y te das cuenta de que se te han acabado, yo qué sé, ¡los ajos!. Puede que ya tengas preparada la carta a los Reyes Magos, o que hayas comprado la última oveja para el Belén. Puede que tengas ya los menús, o puede que estés preparando el viaje, porque vais a otra ciudad, o a otra región, o porque venís de otro país a pasar estos dos días en casa. A lo mejor sois una de las nuevas parejas que por primera vez este año pasan la Nochebuena con la familia de uno, la Nochevieja con la familia del otro»
La primera vez de pasar la Nochebuena con los suegros, ¿de verdad no estás nervioso, o deseando que se pase rápido? Puede que me estés escuchando desde la tienda, desde tu comercio, preparándolo todo para trabajar el doble que el resto de días -las compras de última hora te vienen bien para salvar el mes. A lo mejor, mientras nos escuchas hoy, estás terminando de poner el belén, porque se te echó el tiempo y encima y, al final, ni río con papel de plata, ni castillo de Herodes, ni los muros que habías pensado poner
alrededor del establo para recordar los conflictos que hay hoy en el mundo. San José, la Virgen y el niño, son la mejor opción, no te ha dado tiempo para más. Puede que nos estés escuchando desde la residencia, que está toda adornada con bolas y con espumillones, donde en unos días os darán una cena especial con bacalao y coliflor y os repartirán panderetas, por si os apetece cantar como cuando erais jóvenes. O a lo mejor eres voluntario en un albergue y estás calculando el arroz que os hará falta para que la sopa para cien quede consistente. O puede que seas Papá Noel, y entonces estarás revisando los frenos del trineo y cambiándoles el aceite a los renos. La DGT prevé millones de desplazamientos para la semana que viene, más vale que salgas contiempo. Te imagino repasando bien la tela de los sacos antes de llenarlos de paquetes para asegurarte de que ninguno tenga agujeros, no vayas a perder, en tu largo viaje, la mitad de los regalos.La gente cree, Papá Noel, que tú sólo curras un día al año, como el relojero de la puerta del Sol o el belenista de la Zarzuela, pero nos consta que antes de Nochebuena te dejas los cuernos envolviendo regalos, y después de Navidad echas casi un mes remendando sacos (siempre se enganchan al bajar por las chimeneas o asaltar balcones, ¿verdad?). O cambiándole piezas al trineo para que aguante un año más»