Pensar que te quedarás en blanco, que lo harás mal o que no eres lo suficientemente bueno sólo son cogniciones negativas que fomentan la falta de seguridad en uno mismo y la ausencia de concentración. Eso conlleva una respuesta fisiológica como por ejemplo tener la boca seca, y una respuesta motora que se traduce en temblores o taquicardias:
«La gente es comprensiva, no se puede magnificar así un problema y prestar tanta atención a esas interpretaciones negativas, hay que enfrentarse a lo que nos da miedo, porque al evitarlo sólo conseguimos que aumente más».
Hay muchas técnicas para conseguirlo, empezando por modificar los pensamientos, hacer ejercicios de relajación o reforzar paso a paso una nueva conducta que puede ser aprendida.