Las prácticas profesionales están orientadas a que los estudiantes universitarios adquieran capacidades útiles para su futuro laboral y desarrollen una red de contactos que les abran puertas para su posicionamiento. Gracias a su bilingüismo, Enrique trabaja en una consultora británica que se dedica a asuntos legales y decidió lanzarse a la aventura: «tuve bastante suerte, en la empresa todos los trabajadores son chinos, solo un becario más de Arabia Saudí, y ayudamos a empresas europeas que quieran abrir negocios en Pekín». Asegura que en China hay mucha diferencia entre la clase multimillonaria y una gran mayoría modesta, explica cómo varían las relaciones sociales y que los precios son muy distintos, por ejemplo, media hora de taxi cuesta sólo dos euros:
«Aquí además funcionan con objetivos, en España te explotan o eres el chico de los cafés, y este verano estoy pendiente de unas prácticas para ir a Silicon Valley, a San Francisco».