En Onda Universitaria seguimos recabando testimonios de compañeros que les dedican unas palabras a sus madres en el día de esta figura tan especial en la vida de todos. «Nunca ocho palabras como las que encierra un te quiero han significado tanto» como nos dice nuestra compañera Carolina Robles, o como asegura Ainhoa Salvador que para ella su madre «ha sido siempre y será el mejor icono de su vida». Aquí os dejamos la increíble carta que Juan Cadarso escribe a su madre pero, esta vez, sin pedir nada para él:
«Hola Mamá. ¿Qué tal? soy tu hijo, Juan. Hoy me gustaría decirte que por primera vez no te escribiré para pedirte nada. Por primera vez no te escribiré una lista de la compra. Por primera vez no te escribiré para que me apagues la luz de la habitación, porque no me apetece levantarme de la cama. Por primera vez no te escribiré para que me traigas el termómetro, porque no me encuentro bien. Por primera vez no te escribiré para contarte las notas que he sacado y lo bueno que soy. Por primera vez no te escribiré para saber qué va haber de comida. Por primera vez no te escribiré para pedirte que me laves mi camiseta favorita. Hoy, te escribo solo para darte las gracias. Las gracias por la vida. Las gracias por todo lo que haces sin esperar nada a cambio. Las gracias por ese estanque de lágrimas que guardas, por si a mí me pasa algo. Las gracias por haberme dado hermanos. Las gracias por papá. Las gracias por la mitad del Quijote y por la mitad de Venecia. Las gracias por la mitad de un helado de chocolate en la Plaza Mayor. Las gracias por la mitad de Borges y Vargas llosa. Las gracias por la mitad de Händel y Mozart. Las gracias por la mitad del Golden Gate de San Francisco. Las gracias por la mitad de todos vosotros. Las gracias por la mitad de este programa, y las gracias por la mitad de mí, que es gracias a ti».