Alejandro y Jorge nos preguntan cuándo nos paramos a pensar en lo que hay fuera de nuestras frontera. Aseguran que “vivimos en una burbuja muy acomodada y no nos damos cuenta de lo que pasa en el mundo”: “un viaje así te abre los ojos y ves que no sólo estás tú en el mundo, sino que hay mucha gente que lo está pasando mal”. Participaban en 30 proyectos y compartieron muchas experiencias con un equipo de personas con las que crearon un vínculo fuerte y duradero: “vivir algo así va más allá de la universidad te cambia el chip de lo que sabemos de Occidente, más que consumir un espacio se participa diariamente en ese espacio para comprenderlo, esta es la riqueza del viaje”. Coinciden en que esta experiencia te puede cambiar la vida y la forma de percibir los momentos que se viven, marca un camino, hace que valores cosas que antes despreciabas: “cuando vuelves de Etiopía no vuelves ni más alto ni más feo sino con ciertas cosas que aprendes a valorar allí”. Al volver han sufrido el choque con la realidad, pero ya se plantean volver, esta próxima vez, a Guinea Ecuatorial con la UFV este verano.