Cuando tenía 5 años su madre la apuntó a violín: “al principio no me gustaba cantar, pero he crecido con ello, y ha acabado siendo parte de mí, me gusta transmitir la belleza con la música, es un regalo y un don, poder compartirlo con los demás”. El 3 de marzo tocará un concierto en la tienda del campus universitario a pesar de que, según cuenta, se negaba a usar la voz desde pequeña: “a los 18 años abrí la boca y mi familia y mis amigos no lo podían creer, si lo disfrutas al final te pesa más lo positivo que los nervios”.