El líder religioso, judío, filósofo y director del Centro Straus para la Torá y el Pensamiento Occidental pasa por la UFV para invitar a los alumnos a pensar en aquel hombre que escribió a su profesor que si tuviera una última hora de vida la pasaría con él, sólo porque aquella hora se le haría una eternidad. Nuestro compañero Luis Launsterlerguer explica que el rabino ha asegurado durante la conferencia que hablamos mucho del aquí y el ahora pero pensamos poco en el largo plazo, en la eternidad. Sobre la soledad del hombre de fe, expone dos modelos de Adán, uno que busca el éxito material, ambicioso, preocupado por los logros y la empresa, y un segundo centrado en la persona y el amor, humilde por naturaleza, bueno en definitiva. Cuenta la historia del mejor violinista de Nueva York que pasó desapercibido en el metro sin que nadie se percatara de su Stradivarius de 5 millones de euros: «nos centramos sólo en el primer Adán y nos olvidamos del segundo, una parte es el éxito y el desarrollo pero ignoramos la más importante». En cuanto a la existencia de Dios, Meir recuerda aquel titular de periódico tras la derrota del Arsenal contra el Manchester que se preguntaba si Dios no existía puesto que su equipo no pudo ganar aun con la asistencia en la grada de un rabino y un arzobispo:
«Podemos tener éxitos y ser fieles a la voz de Dios».