Si tuviera que elegir un lugar sería el Santo Sepulcro y luego el Muro de las Lamentaciones: “es impresionante ver cómo los judíos cumplen su fe, se respira un silencio sagrado y me llevo un gran conocimiento del lugar, yo siempre tenía a Herodes como el malo pero es una mente arquitectónica increíble”, apunta Ignacio. Piensa que es un milagro que convivan tantas religiones en un solo lugar: “me gustaría jubilarme allí, tendría que ahorrar pero es un lugar donde se respira paz pese al conflicto que trasciende”.