Lleva 10 años en el waterpolo y considera que es un deporte que le ha abierto muchas puertas, aunque lamenta la falta de apoyo con que cuentan para su difusión:
«La situación es cruda, no tenemos suficiente ayuda, hay muchos factores que lastran a los clubes y federaciones como la falta de patrocinios, pero también falta que los propios jugadores vayamos a una».
Aconseja a los jóvenes que se sientan atraídos por el waterpolo «que se diviertan y lo cojan con ganas», cuenta que es un deporte de equipo donde predomina más la amistad que la competitividad y, por tanto, hay menos presión.