Su favorito es Final Fantasy 8. Al echar una mirada hacia atrás, sostiene que antes lo único que importaba era la técnica, pero ahora la idea tiene mucho más peso: «las personas somos seres muy creativos y eso también lo aplicamos a los videojuegos». Aún así cree que hay mucho talento que explotar a nivel nacional y que es necesario que haya más presupuesto. Ademas, aconseja a los gamers «no seguir sagas sino autores para no quedar decepcionados».