Alicia Sornosa es una aventurera de la vida que decidió recorrer el globo con su moto durante año y medio por una causa solidaria y gracias a los patrocinadores que le han echado una mano con material y seguros. Ha vivido dos terremotos, la mordida de un perro salvaje y alguna que otra caída, pero cuenta que ha sido la mejor experiencia de su vida, sobre todo, porque su viaje ha servido para ayudar a los niños que tienen la enfermedad de los huesos de cristal:
«Viajar es vivir, animo a todos los jóvenes a irse de Erasmus y conocer otras culturas. Las pruebas te hacen más fuerte, mi familia y mis amigos me apoyaron, pero cuando volví algunos reconocieron que dudaron de si lo terminaría».