Las diferencias entre países son evidentes, en España nos tocamos mucho y hablamos alto, en el Norte las emociones se expresan de forma comedida. Con este ejemplo, Julia explica la importancia del lenguaje verbal y no verbal en el modo de relacionarnos con los demás:
«Influye la subjetividad, lo que para una persona puede significar interés no moverse mientras escucha a alguien, para otra puede querer transmitir falta del mismo, por eso es mejor hablar claro, poner alguna excusa o ejecutar gestos de recogida de objetos».
Mirar el reloj puede sugerir falta de atención:
«Quizá quien lo hace es porque no quiere exponerse a que le contesten mal si usa la palabra, otras veces, un suspiro lo dice todo, lo usamos inconscientemente, no nos damos cuenta pero se recibe el mensaje, es bueno probar distintas maneras de expresarse».